En la estoa de Átalo, dos mujeres jóvenes con batas blancas y gafas protectoras limpian —vapor y cepillo— la mugre de los siglos en los rizos de la cabeza de mármol de un desconocido.
Poco a poco devuelven la blancura —la vida— a la piedra.
Más allá del ágora suenan las campanas de una basílica.
Pasa el tiempo.
Pasa el tiempo.
Pasa el tren.
No la belleza del mármol.
Ni la perfección del rizo.
© Iordanis Pallikaras | Dreamstime.com |
No hay comentarios:
Publicar un comentario