jueves, 9 de septiembre de 2010

Crepúsculo de los sueños

Domingo por la mañana. Caminata hacia Conquista. A la izquierda, las sierras en azul. Pasado el puente del Guadamora, echo por el camino de la derecha. Se oyen escopetazos a barullo. Duna se asustaba al principio, luego se acostumbró, igual que yo, que miraba ya con ojos de poeta.

Ardiendo aún de agosto trae septiembre
el espumillón de la lluvia y las tormentas,
las primeras señales del frío y de las nieblas.

Renueva luces septiembre, aromas, sabores,
y va cerrando ventanas, apagando ardores,
los fuegos del verano.

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