Hace unos días, mientras daban cuenta de unos bocadillos de lomo y unas copas en la terraza del bar Sandalio, a resguardo de la lluvia y del frío de la noche, dos conocidos hablaban de los males del país:
—Ni crisis, ni pollas en vinagre,
lo que hay es mucha corrupción, corrupción política y corrupción ciudadana por
un tubo.
Sostenía
uno que la mayoría de las personas son honradas, que no todas buscan la
defraudación fiscal, el meter mano a lo público y despilfarrarlo y esquilmarlo,
el haraganear a costa del pechero o contribuyente. Chupóteros, haylos, quién lo
dudará, pero no lo son todos.
El
otro hacía extensivo el abuso:
—La
gente también piensa y actúa así, no sólo los políticos. Aquí el que puede, se
lo lleva calentito.
Y
enristró nombres y casos de sobra conocidos, que venían a demostrar la
existencia de un rasgo de carácter, de un gen nacional, de una tendencia
manifiesta y observable a lo largo de siglos, al pillaje y al saqueo de lo
público.
—No
se puede seguir así. Hay que resetear el país —sentenció.
Tentado
estuve de unirme a la conversación, pero sólo había bajado a por tabaco. Terminé
el cigarrillo y volví a casa pensando en aquel vocablo, un híbrido del inglés reset (puesta en condiciones iniciales de un sistema, reinicio o reposición, vuelta
al principio, nuevo comienzo) y del sufijo español –ear, presente en verbos como blanquear, mamonear, chulear,
saquear, fantasmonear... Me acordé, claro está, de los intelectuales del 98, de
las búsqueda de las “ideas madres”, del krausismo y de la Institución Libre de
Enseñanza... Este país no aprende. Ni de sí mismo, ni de los demás. Después de
un siglo, los males siguen en su lugar: desigualdad económica, descrédito de la
clase política, ensañamiento impositivo con el estado llano, sistema educativo
errático, desindustrialización, connivencia judicial con los privilegiados, escaso
interés por la investigación y el desarrollo tecnológico, retrógradas prédicas
eclesiásticas...
Resetear,
regenerar, sí, pero ¿a qué principio hay que volver? ¿Desde dónde re-empezar para no recaer?
Mi querido sistema operativo windows permite "restaurar configuración a la última conocida que funcionó correctamente". Luego supongo que el símil informático no es válido. Al menos si seguimos con microsoft... JB.
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