A veces se atranca un capítulo, un párrafo, una sola frase, y por vueltas y vueltas que se le den, no satisface lo escrito, porque no es lo que se busca, porque le falla el ritmo, porque le sobra verosimilitud, porque esto o por lo otro, y pasan horas, o días, cuando no semanas, hasta que llega el mágico instante, se hace la luz, y por la página brincan alegres las palabras.
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