viernes, 1 de agosto de 2008

Homenaje a Homero

Háblame, Musa, de aquel varón de ahumados pulmones que, después de su primer cigarrillo, anduvo fumando largísimo tiempo, vio los daños y conoció las consecuencias de tanto tabaco y padeció en su cuerpo crónica bronquitis, en cuanto procuraba salvar su salud; cuéntanos, oh Musa, de aquel Fumeta, que tan gran necesidad sentía de restituirse a la pureza y ver sus pulmones limpios, y hallábase detenido en negra cueva por Nicotia, la ninfa temeranda, la maldita entre las sustancias, que anhelaba tenerlo adicto de por vida.

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