Como regalo del seis de enero recibí el año pasado este cuaderno que comienzo un año después. El regalo era una invitación, una incitación, para que volviera a mis caros diarios, a esos escritos domésticos en que uno vierte sus rutinas y sus sorpresas, sus cabreos y sus íntimas alegrías, las horas muertas y las horas vivas de sus días.
Volver a los
ejercicios de mano, a la práctica dactilográfica —con los dátiles, dígitos o comúnmente dedos—, al rasgueo sobre el papel, a
los puntos de las íes y los contrapuntos de las comas, a las fugas de las aes
...
Recuperar la caligrafía del tiempo.
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Ya era hora. Feliz regreso
ResponderEliminarBuen regalo si te ha animado a volver por aquí, todos disfrutaremos. Bienvenido .....
ResponderEliminarEsther CB