sábado, 14 de febrero de 2015

Notas de lectura

      


  Autobiografismo, experiencia personal de la democracia, consideraciones de alguien atento a su alrededor. Retrato colectivo, radiografía moral de la España postransicional. Diagnóstico:  falta de ética y cretinidad de los políticos, causantes del desastre en que vivimos. Recomiendo una escena: el señor Camps en Nueva York: esperpento, bufa opereta.
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        La épica del barro y los piojos, de los cuerpos trizadoss por los obuses, del miedo de los soldados que saben que van a la muerte, de los desertores fusilados, de los mutilados, de las prostitutas que siguen a la tropa, de los mercaderes del hambre, de las ratas y las moscas devorando los ojos de los cadáveres, de la vida en las trincheras, del negocio de la guerra, de la vuelta a la normalidad, manco uno, ciego el otro, alucinado de por vida el de más allá.
         El patriotismo nunca me ha parecido razón para ir a una guerra. Aquel lema que presidía los cuarteles de mi infancia, Todo por la patria, tiene límites. Matar a otro o que te maten a ti es uno de ellos.
         Por otro lado, qué es la patria, quién define su concepto y con qué fin.

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