martes, 19 de mayo de 2009

Prosa de una tarde de domingo

... fuera está hermosa la tarde
después de la lluvia y deja un haz
de luz amarilla por la ventana

revolotean los pájaros
en un fondo de nubes blancas
y un soplo fresco mece la copa
del olivo y las glicinias

canta un mirlo por los tejados

en la televisión cuatro alevosos
malvados tienen acorralado al héroe,
un joven informático que ...

dejémoslo ahí ...

miro el reloj, la casa está sola,
enciendo otro cigarro y
vuelvo a mis musarañas ...

pasa lenta la tarde sin ti ...

2 comentarios:

Esther Cortés Bueno dijo...

Por fin nos alegras el día con un poema. Se echaba de menos.

Anónimo dijo...

Viendo tus escritos, pienso que, aun cuando puedas seguir manteniendo tu fe, deberías dejarlo y meterte en un banco...