martes, 7 de julio de 2009

A la mano cerrada llaman puño (Homenaje a Pedrogrullo)

Quien escribe persigue un estilo, una manera. La novedad, la originalidad, es una exigencia del contar, no del cuento, de la historia en sí. Lo importante del ser humano ya ha sido tratado de antiguo: cambia lo circunstancial –el ambiente, el lenguaje contemporáneo del escritor-, pero no el alma, la esencia de lo que cuenta.
De la miseria y de la grandeza del ser humano está escrito todo (en los clásicos, en los modernos y en los contemporáneos). El meollo, la almendrilla de la literatura es, paradoja, lo externo, lo cambiante, la superficie, las palabras: un escritor no es los temas que trata, sino cómo los escribe.
Con los maestros se aprende a explorar otra manera de decir lo que ellos han escrito, y por mucho que a un escritor le guste otro, no puede, no debe, imitarle la manera: escribir es buscar.

1 comentario:

Esther C.B. dijo...

De acuerdo estoy en que la búsqueda de un escritor está en la forma de decir. Aquí estará el medio de entrar en los corazones de los lectores pero esa forma necesitará de un esqueleto para sostenerse, tendrá algo que decir. Seguramente esté todo dicho pero no está de más repetir buenos conceptos, ideas, tener profundos argumentos con "buenas maneras". Tal vez no sorprenderán vuestras ideas, de nuevo leeremos sobre el amor, la amistad, la libertad, la represión, el miedo, etc. y nos sorprenderéis con el lenguaje y nos cautivaréis. Un buen pensamiento expresado con arte, quedará, nos lo repetiremos, lo reeleremos. El arte sin pensamiento, se lo llevará la moda y lo sustituirá otro éxito del verano. El mal pensamiento,espero que no cale... Así que ánimo, que algo nos descubriréis los que sabéis...