jueves, 31 de julio de 2008

Escaramuza de invierno

Sólo queda un cigarrillo en el paquete. Lo fumaré con solemnidad antes de salir a la calle y recomenzar mi vida libre de humo. Será una travesía del desierto, sentiré las tentaciones, mi cuerpo se quejará por no recibir su dosis, sobrevendrá el malhumor y el canto de las sirenas, el diablo del humo querrá seducirme, hablará como un sofista, pero no cederé.
A falta de otra cosa he tomado un valium de 5 miligramos. Su sustancia activa es el diazepán, una benzodiacepina de efecto tranquilizante y relajante muscular. Puede tener bastantes efectos secundarios y es incompatible con el alcohol y ciertas actividades. En un tabaquista como yo, no es malo dar los primeros pasos con ayuda boticaria.

Toda la tarde con dolor de cabeza. Es raro en mí. Lo entiendo como una rebelión del cuerpo: hoy le ha faltado mucho humo. Y más que le faltará.

Después de la cena, un cigarrillo. Lo he saboreado y ahora estoy tranquilo. Creo que dormiré bien esta noche.

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