Calma, sosegada, extiende sus brazos el alba sobre los campos amarillos y la humedad de las vaguadas.
Calmo también tu espíritu, hasta que súbito, un aleteo y levanta el vuelo graznando un cuervo.De un lado a otro del camino —tenues brillos metálicos— las arañas han lanzado sus hilos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario