Anochecer en la isla Ogigia
Todo está alegre, menos mi alegría.
César Vallejo
Melancólica se sienta
a mi lado la luz de noviembre
y me ofrece sus brumas,
su lluvia triste y sus hojas amarillas.
Mi corazón ya no vuela.
Dos soledades somos a la espera
de un sol negro, dos vuelos que se alejan
en el cielo gris de la tarde gris.
Dos cuerpos a la deriva.
Dos hambres que no se sacian
en los brazos de la espuma.
Como un mar que no conoce los barcos
ni el reflejo de las lunas en su piel.
Como besos que caen
en la trastienda de los espejos.
Como sombras en habitaciones a oscuras.
Mi corazón ya no vuela.
Roto y sin ritmo divaga
en los brazos de la espuma.
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