La violenta naturaleza
del general Millán Astray, el glorioso mutilado, su histrionismo, su
esperpéntica muñequización; la beatería, que no le beatitud, de Carmen Polo,
calculadora, vacío su pecho para los afectos, para el amor, clasista, sin
piedad para los distintos, pese los rosarios, las misas y los santigüeos; los
silencios del general Franco Bahamonde —Franquito,
el cuquito, siempre a lo suyito—, no de inteligencia, sino de nada que
decir, de verlas venir, a lo gallego, con la crueldad suficiente, la sangre
fría, de iniciar y alargar una guerra para lograr el poder; la pura, viva,
contradicción, la controversia, la fama y la intimidad familiar, la defensa y
la ofensa, las ideas y los hechos, la cobardía, el valor, la lucha —la agonía—
y la pasividad, la consciencia y la inopia, la encorvada vejez y la juventud
pujante, la coherencia y la incoherencia, la piedra y la sensibilidad, la
papiroflexia y el corazón. La burguesía. El pueblo llano. Los militares. Los
intelectuales. Fascismo. Democracia. Las palabras y las balas. Las banderas.
Las patrias. La monarquía corrupta. La república en revolución. La feroz
dictadura.
Historias de España.
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