martes, 29 de mayo de 2018

2 piedras preciosas



         El primer libro de mi vida fue oír a mi madre recitar a Rosalía.
(Manuel Rivas)

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        Si te metes en la hipotaxis la frase ha de doblar limpiamente el cabo de Hornos, sin meterse por el estrecho de Magallanes.

(Rafael Sánchez Ferlosio)

viernes, 25 de mayo de 2018

24 de mayo


Azul y verde
la bandera de mayo
ondea en la tarde.

jueves, 24 de mayo de 2018

Crepúsculo


Sentir la luz,
la avalancha de malvas
en el ocaso.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Nuestras vidas...


Río del tiempo:
infancia y juventud,
otoño, invierno.

lunes, 14 de mayo de 2018

Los proyectos - XXIV



       Se decía él, mientras paseaba por un extenso parque solitario: “¡Qué bella estaría en traje de fiesta, complicado y fastuoso, bajando en una hermosa tarde los escalones de mármol de un palacio, frente a grandes cuadros de césped y estanques! Porque ella, naturalmente, tiene el aire de una princesa.”
         Cuando pasaba más adelante por una calle, se detuvo ante una tienda de grabados y al encontrar en una carpeta una estampa con un paisaje tropical, se dijo: “¡No! No es en un palacio donde quisiera poseer su amada vida. Allí no estaríamos en casa. Además, esas paredes recargadas de oro no dejarían sitio para colgar su imagen; en esas solemnes galerías no hay un rincón para la intimidad. Decididamente es aquí donde tendría que irme para cultivar el sueño de mi vida.”
         Y analizando los detalles del grabado, proseguía mentalmente: “Junto al mar, una bonita cabaña rodeada de todos esos árboles raros y relucientes cuyos hombres he olvidado…, en el ambiente, un olor excitante, indefinible…, en la cabaña una intensa fragancia a rosas y almizcle…, más lejos, al otro lado de nuestro dominio, unos mástiles balanceados por la marea…, a nuestro alrededor, más allá de la habitación iluminada por un luz rosa tamizada por las persianas, decorada con esterillas frescas y con flores embriagadoras, con  unos curiosos asientos de un rococó portugués en madera pesada y oscura —donde ella descansaría tan relajada, tan bien abanicada, fumando tabaco con un toque de opio—, más allá del porche, el alboroto de los pájaros ebrios de luz y el parloteo de las negritas…, y por la noche, para acompañar mis sueños, el canto lastimero de los árboles de música, de los melancólicos filaos. Sí, ahí está ciertamente el decorado que buscaba. ¿Qué iba a hacer yo en un palacio?”
         Y más tarde, cuando caminaba por una gran avenida, vio una posada limpita y dos cabezas sonrientes que asomaban por una ventana alegrada por unas cortinas de indiana multicolor. E inmediatamente: “Muy vagabundo —se dijo— tiene que ser mi pensamiento para ir a buscar tan lejos lo que está tan cerca de mí. El placer y la felicidad están en el primer albergue encontrado, en la posada del azar, tan fecunda en voluptuosidades. Un buen fuego, una vajilla vistosa, una cena pasable, un vino recio y una cama muy grande con sábanas ásperas, pero frescas; ¿qué mejor?”
         Y al entrar solo en su casa, a esa hora en que los consejos de la sabiduría no están ya apagados ahogados por los zumbidos de la vida exterior, se dijo: “Hoy he tenido, en sueños, tres domicilios en los que he encontrado idéntico placer. ¿Por qué obligar a mi cuerpo a cambiar de sitio si mi alma viaja con tanta facilidad? ¿Y para qué ejecutar proyectos, si el proyecto en sí ya es suficiente disfrute?


E. Manet, Retrato de Jeanne Duval

viernes, 11 de mayo de 2018

4 sellos


La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego

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El poema que sueño no tiene faltas sino cuando intento realizarlo.

Idem
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Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe.

Claudio Rodríguez, Alianza y condena

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... nuestra felicidad depende de lo que somos, de nuestra individualidad, mientras que a menudo no se tiene en cuenta sino lo que tenemos o lo que representamos.

Arthur Schopenhauer, El arte de buen vivir

domingo, 6 de mayo de 2018

Adolescencia


Era el verano
promesa de la luz
y de las risas.

sábado, 5 de mayo de 2018

Escribir es vivir


   La necesidad de escribir asegura la autenticidad, pero no garantiza la calidad.

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   No es lo mismo escribir lo que se vive que vivir lo que se escribe.

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   El acto de creación de una obra está imbricado en la vida del escritor como la raíz del árbol en la tierra donde nace.

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   Se ha sustituido el ansia de libertad por el ansia de seguridad.

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   A quienes ejercen el poder les importa mucho que los demás no lleguen, no puedan llegar a donde ellos han llegado.

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   En democracia, los gobiernos, mejor o peor, los elige el pueblo, pero los ciudadanos llamados a las urnas no lo son a los consejos de administración de las grandes empresas.

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José Luis Sampedro

miércoles, 2 de mayo de 2018

Fugit irreparabile ...



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