Apunto palabras en la noche. Busco la luz.
Yo nací, perdonadme, con la televisión.
-Oye, dime una cosa.
-¿Una cosa? No, dos:
¡hola y adiós!
Un libro sin alma es pura palabrería.
Sobre el azar y la voluntad: quizá se trate, no de esperar que el caprichoso azar nos ponga delante algo, sino de ver la necesidad de que ese algo ocurra y ponernos manos a la obra.
Hay muchas maneras de contar una guerra. Tantas como víctimas.
*
Yo nací, perdonadme, con la televisión.
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-Oye, dime una cosa.
-¿Una cosa? No, dos:
¡hola y adiós!
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Un libro sin alma es pura palabrería.
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Sobre el azar y la voluntad: quizá se trate, no de esperar que el caprichoso azar nos ponga delante algo, sino de ver la necesidad de que ese algo ocurra y ponernos manos a la obra.
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Hay muchas maneras de contar una guerra. Tantas como víctimas.
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1 comentario:
Es una delicia leerte.
Saludos. Nicol
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