miércoles, 20 de noviembre de 2024

Pintadas

 

Fotografía: Edourad Boubat, May, 1968

Atenas es una ciudad pintada. Una ciudad tomada por el arte urbano, barrocamente intervenida con murales, grafitis, plantillas y firmas. Una ciudad visualmente okupada por el espray.

Lo que en principio era un simple e ingenuo grafiti contestatario ¡Oh, aquel Plutôt la vie de mayo del 68 ha devenido intervención artística, arte urbano, street art, pero no ha perdido su propuesta para la reflexión, su naturaleza política, su reivindicación cultural, su brújula, su norte, en lo colectivo y la utopía. Quizá por eso me he sentido en Atenas como en mi casa.

Aunque también por sus bazares, por sus mercados de barrio, por sus ferreterías y sus tiendas de colchones, por sus confiterías y por sus tenderetes de especias o de frutos secos, por los cafés y restaurantes en plazas sombreadas, por la lengua de los nativos, por la memoria de los filósofos, poetas y dramaturgos invocados en los nombres de sus calles, por la belleza oculta en la piedra que el cincel descubrió, por el ruido atronador del tráfico, por el laberinto de los barrios populares, por la plaza Sintagma, por la vieja y la nueva Atenas que sigue creyendo en la democracia y celebra el aniversario de la creación del partido comunista o se manifiesta contra el genocidio de los palestinos. Por todo lo ateniense, por todo lo griego, en que nos hemos educado.

Visitad la acrópolis. Emocionaos con la belleza del Partenón y las Cariátides. Contemplad la obra del tiempo, y la del hombre, a vuestros pies, en millones de fragmentos por el suelo. Volved a vuestros días de escuela y recordad la tríada dórico, jónico y corintio—, el teatro de Dionisos y el templo de Atenea, echad vuestra mirada hacia el mar cercano, azul, y navegad con vuestra imaginación...

Bajad luego a la ciudad, a la Atenas de 2024, y encontraréis la huella del espray en cualquier rincón. El nuevo orden artístico, la nueva diversidad de estilos: la abstracción de unas manchas de azul y negro en un muro blanco, las clásicas grecas, el figurativismo futurista, los cuelgues psicodélicos, el realismo mitológico, los mundos oníricos, el costumbrismo popular, el hiperrealismo y el simbolismo, el realismo social, el tremendismo, las consignas anarquistas, el cubismo lineal, las manchas simbólicas, a lo Pollock, contra los apartamentos turísticos de alquiler, la maravilla de otro alfabeto, el barroquismo la okupación del espray.

Toda una ciudad en que entretener la mirada y la mente.



























martes, 19 de noviembre de 2024

Atenas, octubre de 2024 (2)

 Playa de Ítaca


Desde la copa de un eucalipto,
en su bárbara lengua,
ensaya la urraca un hexámetro
sobre la paz azul del mar.


viernes, 15 de noviembre de 2024

Atenas, octubre 2024


Donde habitan los dioses

El hogar de la luz,
razón pura, perfecta
geometría del sueño más humano.

La piedra hecha belleza.

La belleza hecha vida.

La vida en lo más alto.


viernes, 8 de noviembre de 2024

Octubre 2024 (2)


Mitos


Duerme el toro.
Ariadna espera.

Las chicharras
se multiplican
en el ágora vieja,
entre olivos
y cipreses.

La libertad
es un hilo:
hacer
y deshacer
el ovillo.

El laberinto
sólo existe
en tu corazón.


martes, 29 de octubre de 2024

Octubre 2024

 Sobrevolando Grecia

¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías
de los ángeles?
R. M. Rilke

Grandiosa geografía.

Como cadenas montañosas, como acantilados, con depresiones de vértigo y aberturas en cuyo fondo se ve el mar.
Como una cálida Antártida.
El atlas de las nubes.

Territorio de los dioses deslumbrante de tanta luz, de tanta pureza en lo blanco y lo azul.

¿Qué poeta no aspira a escribir desde estas alturas?
¿Desde esta majestuosa serenidad?
¿Desde este paisaje metafísico?

Las ideas sustentan la verdad.
No hay cuerpos.
No hay mármoles.
Sólo emociones serenas, equilibrio y armonías.

No materia.
Solo pensamiento.
Desnudez.
Inmensidad.

sábado, 26 de octubre de 2024

Ni pasarnos ni quedarnos cortos


Emparentadas léxicamente, las palabras «medianía» y «mediocridad» han seguido vías semánticas divergentes.

En nuestra tradición filosófica y literaria, la medianía lleva adherido el adjetivo «dorada», para aludir a un tópico lírico perfilado en el siglo I a. C. por el poeta Horacio, recreado en el Renacimiento por fray Luis de León y reinterpretado años más tarde por nuestro Luis de Góngora en aquella famosa letrilla que repetía Ándeme yo caliente y ríase la gente.

A la dorada medianía se llega por voluntad propia, es una meta perseguida y alcanzada, la conquista de un estado feliz, la ubicación en un ideal ético: vivir discretamente, en contacto con la Naturaleza, cubiertas las necesidades esenciales, sin ostentación ni lujos. Un logro. Así asume el mediano su medianía.

El mediocre, en cambio, ha de asumir su fracaso, su incapacidad para destacar por méritos propios, su exclusión de la excelencia y la notoriedad, tras un esfuerzo de años o de toda una vida.

Dorada medianía frente a grisácea mediocridad. La luz de lo mediano desaparece en la sombra incolora de lo mediocre. La primera es un goce, la segunda un sufrir. Satisfacción y sabiduría una, frustración y sinsabor la otra.

lunes, 21 de octubre de 2024

Camaleones y piedras

*

La metamorfosis es una mudanza integral, la transformación en algo distinto de lo que se era. El camaleonismo es sólo un cambio temporal de aspecto, epidérmico, movido por el interés personal, y muy cercano a la hipocresía.

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(Grecia)

El peso de la razón
no es el peso de la piedra,
sino el peso de lo ingrávido,
de la luz y la verdad.