Notas
de Cecilio Carrero [1]
El romanticismo se define
en la fórmula «yo ante el mundo», y en su apostilla: en ese enfrentamiento sale
derrotado el yo. Tal es la esencia romántica: una pérdida, una ausencia, una
profunda herida.
*
La actitud del poeta
romántico es de total entrega, un apasionado encomendarse a la persecución de
un ideal que se pretende también real, un buscar que deviene desencanto. El
dolor romántico es conciencia de ese inconsolable vacío en el alma.
*
Un poeta es alguien que
mira a su alrededor, o dentro de sí mismo, medita sobre lo que ha contemplado,
y luego lo ofrece hecho palabra, ritmo, canción.
*
El gongorismo es
romántico en cuanto persecución de un ideal estético, y antirromántico porque
no es expresión del yo, sino del mundo externo.
*
[1] Cecilio Carrero Cañizares
(Torrecampo, 1765—Madrid, 1831). Jurisconsulto, cronista de sus viajes por
Francia, Italia, Alemania e Inglaterra en Estampas
europeas, y crítico literario defensor de la nueva sensibilidad que
preludiaba la superación del racionalismo objetivista de la Ilustración,
alternó en sus últimos años la enseñanza de Derecho Civil en la Complutense de
Madrid con la composición de un manual de Preceptiva
literaria (Imprenta Librería Viuda de Razola, Madrid, 1830), donde proponía
como nuevos modelos literarios a los románticos Novalis y Heinrich Heine,
Woordsworth, Coleridge, Shelley, Keats, Byron y Lamartine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario