jueves, 15 de septiembre de 2022

Cuatro breves

 El corazón de la encina no es madera, sino tiempo.

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¿Dónde reside la liricidad de un texto? No en el metaforismo desatado, ni en el adjetivoso y empalagado estilo, ni en el verbo —en el verso— de retórica hinchazón, ni en la hiperbólica sentimentalidad. No en el fingimiento. Sino en la honestidad. El lirismo es sensación de verdad en la voz poética, en sus espacios y en sus tiempos, en el tratamiento de los temas, en el uso del idioma. Un poeta no es un embaucador, sino un transmisor de emociones.

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Tener siempre a mano los aperos de poda para eliminar lo superfluo, los chupones que se reproducen y ramifican desfigurando el aspecto del conjunto, amenguando el resultado final y evitando al lector una visión neta del árbol. Del texto.

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Cada texto viene con su ritmo y con su tono. Para atraparlo basta escuchar con atención... Y que la musa te dé un soplo.

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2 comentarios:

Araceli Fernández dijo...

Genial

Pérez Zarco dijo...

Soplos de la musa, Araceli. Muchas gracias.