El gorrión, inmóvil allá en lo más alto del álamo desnudo.
La corona blanca de la luna sobre los olivos.
Las siluetas de las casas recortándose negras sobre un cielo azulón.
Los almendros. Su flor. Su dulce perfume...
Hasta las campanas de la iglesia tañen a silencio en este anochecer.
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