Oh, qué belleza de blancos y amarillos, de verdes, azules y rojos; de formas y texturas, de tallos, pétalos y fragancias.
Espinos y amapolas, jaras, avenas y rosas silvestres, lirios, cardos, tomillos y cantuesos, aulagas, retamas, juncos y cañahejas. Álamos, moreras, acacias, encinas.
El bordado de la primavera.
En mágica sinfonía, sobre el rumor del agua río abajo, las arias y romanzas, los duetos de los pájaros en las zarzas y espesuras de la ribera.
Y el zumbido de los insectos que revolotean a mi paso, invitándome a esta espléndida fiesta del renacer.
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