En los primeros días de una recaída aparece el problema moral. El hurto es premeditado y alevoso. Son días teatreros en los que se hace comedia y se fingen peregrinas excusas para salir de casa y al doblar la esquina encender el cigarrillo robado en un descuido.
Por los caminos de las afueras, en los bancos más escondidos de los parques, el empedernido echa humo por la boca. La moral, por los suelos. La mala conciencia, en su sitio.
Por los caminos de las afueras, en los bancos más escondidos de los parques, el empedernido echa humo por la boca. La moral, por los suelos. La mala conciencia, en su sitio.
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