En los días inmediatos al 12 de octubre, el acto del
paraninfo salmantino tuvo escasísima presencia en la prensa. El ABC de Sevilla del día 14 destacaba en
titulares el brillante discurso, tras los de Ramos Loscertales, Maldonado y el
dominico Beltrán de Heredia, del poeta monárquico José María Pemán: su alto tono doctrinal, el sentido de misión y el sentido de Imperio,
la colaboración de los patriotas —¡Muchachos, haced de vuestro pecho un Alcázar
de Toledo!—, interrumpido en varios momentos por los entregados aplausos del
público. Tras la ovación final, el señor Unamuno pronunció unas breves
palabras, a las que siguieron, tras pedir autorización, otras de exaltado
patriotismo del general Millán Astray. Seguimos, pues, sin saber qué pudieron
decir el magnífico rector y el general mutilado.
La siguiente
noticia sobre la celebración del día de la Raza la hemos encontrado en dos
periódicos de la zona republicana, Heraldo
de Castellón y El Bien Público,
de Mahón, en su edición del 31 de octubre. En el primero, tras el antetítulo —«Unamunadas»—
un largo titular, con error de bulto —«”No venceréis”, dijo a los facciosos el
exilado de Fuenterrabía y estos le destituyen de su cargo de rector de la Universidad
de Salamanca»—, al que siguen dos breves párrafos anónimos, enviados desde París.
En el primero se alude a la orden de destitución de Unamuno de su cargo de
rector vitalicio decretada por la Junta facciosa de Burgos. El segundo lo
transcribimos íntegro: Al parecer, el día
12 de octubre, en el paraninfo de la Universidad charra, después de bellos
discursos de los cabildos y de los generales entorchados, hizo uso de la
palabra Miguel de Unamuno, y se le ocurrió pronosticar, de acuerdo con su
retórica, lo siguiente: “Vosotros convenceréis, pero no venceréis”, y otras
cosas, que promovieron un formidable escándalo entre la horda facciosa.
Algo sacamos en claro de esta
información, sobre todo preguntas: ¿solo pronunciaron discursos “cabildos” y “generales entorchados”?, es
decir, ¿además de Millán Astray intervino algún otro general?, ¿Pemán, Ramos
Loscertales y Francisco Maldonado eran hombres eclesiásticos?, ¿pronosticaba
Unamuno la derrota de los facciosos a pesar de su convincente retórica? Vosotros convenceréis, pero no venceréis.
Si fue así, entendemos el “formidable escándalo entre la horda facciosa”.
El
deseo de saber lo que pudo decir Unamuno en el paraninfo se complica cuando leemos
en la página 2 periódico mahonés lo que sigue a este titular «Regocijante
ceremonia fascista»:
Se conocen detalles de la regocijante y
ridícula ceremonia que tuvo lugar en Salamanca el día 12 de este mes con motivo
de la Fiesta de la Raza.
Asistieron a la misma la esposa del
ex general Franco, Millán Astray, Urraca Pastor, muchos curas y frailes, el
célebre Unamuno y algún polichinela de la facción.
El acto se celebró en el paraninfo
de la Universidad, de la que es rector el loco Unamuno.
Habló en primer término un maestro
de pueblo, dedicando los consabidos tópicos «al Ejército salvador».
Peroró también Urraca Pastor,
diciendo varias frases de sumisión a los generales sublevados.
A continuación Millán Astray con
gestos y actitudes de epiléctico [sic],
atacó furiosamente a todos los comunistas y republicanos.
Se leyeron adhesiones de fantásticos
diplomáticos.
Por último le tocó el turno a
Unamuno, el cual censuró a todo el mundo. La primera parte de su discurso se
acogió bien, pero en la segunda al pronunciar ciertas palabras, provocaron la
molestia de los reunidos, motivando que el obispo de Segovia le llamara al
orden por dos veces. Entonces Unamuno la emprendió contra el obispo y se armó
una discusión que se iba agriando por momentos.
La esposa de Franco y los generales,
se retiraron y los curas y frailes empezaron a gritar: «Mueran los
intelectuales», respondiendo Unamuno, disgustadísimo: ¡Venceréis, pero no
convenceréis!
De esta manera terminó la
regocijante ceremonia.
Los clericales están muy excitados
ante las intemperancias lanzadas por el maquiavélico don Miguel.
¿“Convenceréis, pero no
venceréis” o “Venceréis, pero no convenceréis”?
Si lo primero, malo, porque les
está asegurando a los facciosos que perderán la guerra. Si lo segundo, malo también, porque no les
vaticina una auténtica victoria, ganarán la guerra, pero perderán la historia.
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