18 de junio, seis y media de la mañana. Tres meses desde la última anotación. Un total de ciento ochenta cajetillas de tabaco, es decir, tres mil seiscientos cigarrillos que le he endilgado a mi cuerpo. Más de cuatrocientos euros esfumados. Sesenta y siete mil quinientas pesetas. Un auténtico disparate. Me avergüenzan estos números. ¿Y no voy a tener pundonor para evitar el dispendio?
Sigamos con las cuentas, a ver si escarmiento de una puta vez. Pongamos 30 años de fumador habitual. Supongamos un paquetillo cada dos días al principio, los 15 primeros años. Eso suman 182 paquetes y medio al año, que multiplicados por 15 da 2.737,5 paquetes en total, o lo que es lo mismo, 54.750 cigarrillos.
Pongámosle a cada paquete un precio medio de 25 pesetas y tendremos la cantidad de 68.437,5 pesetas.
En estos últimos quince años, tripliquemos el precio de cada paquete –hoy cuesta 2,25 euros en estanco-, o sea, 374,85 pesetas….
He tirado por lo bajo, por lo muy bajo, y la cuenta que me sale es 2.290.000. Vergonzante la cifra esfumada.
Sigamos con las cuentas, a ver si escarmiento de una puta vez. Pongamos 30 años de fumador habitual. Supongamos un paquetillo cada dos días al principio, los 15 primeros años. Eso suman 182 paquetes y medio al año, que multiplicados por 15 da 2.737,5 paquetes en total, o lo que es lo mismo, 54.750 cigarrillos.
Pongámosle a cada paquete un precio medio de 25 pesetas y tendremos la cantidad de 68.437,5 pesetas.
En estos últimos quince años, tripliquemos el precio de cada paquete –hoy cuesta 2,25 euros en estanco-, o sea, 374,85 pesetas….
He tirado por lo bajo, por lo muy bajo, y la cuenta que me sale es 2.290.000. Vergonzante la cifra esfumada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario